- Dr. Juan E. Hernández Cruz
- Sociólogo y Miembro de la Academia de la Historia
Hoy nos ocupa aquí, comentar el más reciente libro del profesor Mario Cancel, amigo por el cual tengo un gran respeto intelectual y un genuino afecto. Un libro interesante, denso, como Mario nos ha acostumbrado a esperar de él, de un tema novedoso que refleja vivencias y experiencias de un grupo de ilustres puertorriqueños, casi todos de este Puerto Rico, el de la isla. Fue Don Arturo Morales Carrión el primero que convincentemente nos llevo a intuir los dos Puerto Ricos: el “primero” la capital; el otro, “la isla”. Yo añadiría otra categoría hoy: el Puerto Rico de la diáspora, de los que van y vienen.
Cada uno de esos Puerto Ricos tiene su idiosincrasia, su historia y su voz. En este libro Mario nos revela minuciosamente, interesantísimos girones de uno de ellos, el de “la isla”. Y lo hace a contrapelo de la historiografía y crítica literaria dominantes. Por eso, al él revelarnos las biografías de algunos representantes de ese mundo, que comparten espacios en una literatura marginal, o vivencias históricas dispares, lo resultante es una trama que se urde mediante una ingeniosa y extensa investigación.
El título del libro de por sí ya nos revela su intención, se trata de anti-figuraciones, o etapas de una biografía, o un acto de desdoblamiento del biografiado, y porque no decirlo, también del autor, y es que Mario escribe también desde una literatura marginal. (Cuando decimos aquí marginal, queremos decir al margen de la literatura del otro Puerto Rico, el oficial, el de la capital, que ha estado orientado hacia las metrópolis y los ismos e ideologías en boga.)
A mí me consta que el profesor Cancel no escribió estas biografías, o bocetos, con la intención de darnos una muestra vigorosa de la literatura marginal, o de la historiografía no convencional, eso surgió después, como el mismo lo relata en el prólogo. Y me consta, porque yo fui uno de los que lo entusiasmé para que se uniera a mí en un proyecto sobre la literatura sangermeña y escribiera el prólogo de la novela Kalila de Francisco Mariano Quiñones. Proyecto éste originado por el Círculo de Recreo de San Germán.
En esa ocasión yo veía la posibilidad del especialista en historia y en literatura (Mario domina ambas disciplinas) libre de ataduras dogmáticas, para que escribiera la biografía de Don Francisco Mariano Quiñones y ubicara su novela desde una perspectiva crítica. Sé que otros de los trabajos incluidos en este libro también fueron solicitados por las mismas razones y en reconocimiento de su dedicación y erudición.
El resultado de esos trabajos encomendados en diferentes ocasiones, por un periodo de varios años y por diferentes personas, constituyen el volumen que hoy se nos presenta con voz propia y con una nueva personalidad. Se trata de Anti-figuraciones: bocetos puertorriqueños que así es el título completo del libro.
En el caso del ensayo de Mariano Quiñones, titulado “De Kalila a la literatura nacional o el oprobio del cosmopolitanismo” que ya he comentado en otro contexto, se refiere a la complejidad de la novelística de ese autor, la cual ha sido construida, y cito a Mario, “sobre los cimientos de la literatura masónica y mágica” para luego añadir “tan extrañas en la tradición literaria nacional”. Razón por la cual ha sido clasificada como marginal, debido a que rompe con la mayor parte de los moldes de lo que la crítica puertorriqueña ha considerado clásicos, como expresiones del S.19. Mario Cancel nos recrea los discursos del romanticismo y el nacionalismo, que encontrarían su mejor vehículo de expresión en la novela de Occidente, y el criollismo y naturalismo, que serían lo propio en la novela puertorriqueña. Acotando que serían a su vez los que menos peligro representarían para la ideología del régimen español de la época.
Otra posible lectura de estos textos es desde el interaccionismo simbólico, una de las microteorías de la sociología. Partiendo de la tesis de Simmel, y su concepción del pensamiento dialéctico, que él describe como multicausal y multidireccional, integrando hechos y valores y rechazando la idea de que hay líneas divisorias tajantes entre los fenómenos sociales. Simmel pone énfasis en las relaciones sociales y el interés, además de reconocer la importancia del presente, en relación con el pasado y en la proyección del futuro. Siendo este último el aspecto que hace a la obra de Mario atinada y permite que hagamos esa lectura simmeliana.
Todos los bocetos, o relatos biográficos del libro, nos revelan unos personajes y unas contradicciones, que son importantes para descifrar ese pasado y para ayudarnos a un entendimiento de este presente. Como diría el propio Simmel “el mundo puede entenderse mejor en términos de conflicto y de contrastes entre categorías opuestas”.
La posición de Simmel establece que el mundo está compuesto de innumerables acontecimientos, acciones e interacciones. Para orientarse en el laberinto de la realidad (que él llama los “contenidos”) las personas la ordenan, mediante su reducción, a modelos y formas. De esta manera, el actor se enfrenta a un número limitado de formas, en lugar de a un conjunto de acontecimientos específicos. La tarea del sociólogo y valga la pena decir del historiador en este caso, de acuerdo a Simmel, consiste en hacer lo mismo que el lego; esto es, imponer un número limitado de formas a la realidad social, a la interacción en particular, para que de esta manera pueda analizarla mejor. Esta metodología permite por lo general obtener un extracto de las características comunes que se encuentran en un amplio frente de interacciones específicas. Un ejemplo de ello serían las formas interactivas de superordenación y subordinación que se basan en una vasta gama de relaciones, “tanto en el estado, como en la comunidad religiosa; tanto en una asociación económica, como en una escuela de arte o en la familia”.
Hay en estos trabajos un paralelismo con lo que Simmel nos propone, eso es fijarse en un fenómeno específico, finito, de entre los acontecimientos más amplios del mundo en general, el examen de la multiplicidad de elementos que lo pueden componer e indagar su causa, que le da coherencia y así descubrir su forma. Investigar entonces los orígenes de esas formas y explorar sus implicaciones estructurales.
Este enfoque tiene el riesgo de que el investigador imponga un orden donde no lo había y de producir una serie de estudios inconexos, que a la postre no se acerque al construido por los legos. Eso no ocurre en este trabajo, que resulta coherente y nos revela situaciones específicas, partiendo de esa realidad que yo he conceptualizado como “el otro Puerto Rico” ubicada en la comparación con el “primer Puerto Rico” y el más amplio, del mundo en general. En este caso, ese enfoque nos permite entender mejor a Lola Rodríguez de Tió (Imágenes de una poeta: un asomo a la bibliografía de Lola Rodríguez de Tió) y la necesidad expresada por don Emilio del Toro Cuebas de que se escribiera la biografía de Lola, “la de la patriota”. Necesidad que se repetirá, al decir de Cancel, por diferentes estudiosos, en diferentes momentos históricos hasta el presente. El profesor Cancel recurre entonces a hilvanar los pasos de Lola, señalando el exilio y las dificultades de reconstruir éste, terminando con una oración lapidaria: “Los peregrinos (exiliados) no dejan de ser figuras marginales de una versión de la historia que se ve precisada a citarlos pero no puede integrarlos cabalmente a sus grandes invenciones nacionales”.
La contradicción de la dama de alta sociedad, señalada por Cancel, que prestó su casa en La Habana para guardar “armas, municiones y explosivos” o la ruptura de ella con algunos de los moldes impuestos por un orden social dominado por los hombres puede que sea resuelto en el “futuro” a que hace alusión Simmel. Esa biografía de la patriota que reclamaba del Toro Cuebas posiblemente sea escrita en su otra “realidad social”, la cubana y en Puerto Rico siga siendo “la poeta refinada que pululó libremente entre Alejandro Tapia y Rivera y José Gautier Benítez”. Aunque sospecho que ese sea un reto que tomé el mismo Mario y nos sorprenda con una biografía de Lola que integre su polifacética vida.
El caso de Loida Figueroa (en el ensayo El discurso histórico de Loida Figueroa Mercado: apuntes iniciales) que a decir de Cancel se podría definir como una “historiadora tradicional” en el momento en que se originaban unos postulados de la “nueva historiografía”, este precisa, hablando en el lenguaje de Simmel; los “contenidos” de romanticismo, positivismo, y nacionalismo, para darle “forma” en el “compromiso con una causa”, lo que le dio personalidad al discurso histórico de Loida Figueroa, marcándola como “una figura única entre las mujeres que trabajaron la historia en el S.XX”.
En este ensayo Mario utiliza también un concepto del interaccionismo “el performance”, la actuación que también refleja la influencia de Erving Goffman sobre su trabajo. Quiero hacer un comentario final en mi rol de editor: este es un libro atractivo y bien hecho, con un excelente papel color marfil viejo y una letra legible, un libro atractivo y fácil de leer. Felicito a los editores de Isla Negra. A Mario, enhorabuena.
Comentario en torno al libro Anti-figuraciones: bocetos puertorriqueños de Mario R. Cancel (Isla Negra Editores, 2003) leído el 22 de abril de 2004 en la Biblioteca Juan Cancio Ortiz de la Universidad Interamericana de San Germán.
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