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Reflexiones en torno al separatismo en el siglo 19

Posted by Mario R. Cancel-Sepúlveda en 22 marzo 2013


  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Catedrático de Historia y escritor

 

El separatismo fue una de las propuestas ideológicas más importantes del siglo 19. A pesar de que nunca consiguió las metas que se propuso, su impacto sobre la identidad puertorriqueña es incuestionable. Reducir el separatismo a una propuesta política, simplifica un discurso y una praxis que irradia en todas direcciones la cultura  puertorriqueña de los últimos dos siglos.

Una definición

El separatismo es un movimiento en esencia político e ideológicamente diverso que aparece mencionado por primera vez en documentos puertorriqueños del año 1795. En aquel el concepto sugería una aspiración amenazante que atemorizaba a las autoridades del Reino de España en la medida en que ponía en entredicho su soberanía sobre las colonias Hispanoamericanas y Caribeñas. La meta política inmediata del separatismo era separar o enajenar a Puerto Rico del Reino de España. La meta política futura, la cuestión de hacia donde conduciría la separación, era un asunto más complejo.

El separatismo no terminaba con la ruptura con el poder colonial hispano. Las posibilidades que quedaban abiertas después de la separación eran varias. Por un lado, se podía asociar a Puerto Rico separado a otro poder mayor en busca de seguridad política y económica. Por otro lado, se podía vincular a Puerto Rico separado a las otras Antillas en una Confederación en el modelo de la Confederación Germánica articulada por Napoleón Bonaparte, o la Confederación Americana emanada del 1776. Ocasionalmente ambas posibilidades se entremezclaban, elemento que complica el panorama ideológico del separatismo decimonónico.

En diversas instancias, la Confederación que se aspiraba constituir podía terminar como parte de un poder internacional confiable que después de 1808, podía ser lo mismo la Gran Colombia o Estados Unidos. A pesar de que es probable que muchos separatistas soñaran constituir el Puerto Rico separado en un país independiente y soberano, no parece que aquella haya sido la tendencia dominante en aquel momento. El separatismo parece haber sido un programa de minorías que seguía el modelo del Ciclo Revolucionario Atlántico en América. Por aquel entonces no se confiaba en la capacidad de los territorios pequeños o insulares para la soberanía y la independencia. En síntesis, el separatismo fue la base del movimiento independentista en sus diversas manifestaciones pero también de todo movimiento anexionista.

Cirilo Villaverde

Cirilo Villaverde

El Separatismo Anexionista

Su meta política era, como sugiere su nombre,  separar a Puerto Rico del Reino de España para anexarlo a otro país. Su tradición puede documentarse con varios modelos más o menos conocidos por los investigadores. El primero es la conjura de 1815 organizada por el diputado a Cortes de origen hispano-cubano, militar y mercenario  José Álvarez de Toledo y Dubois (1779-1858). Álvarez de Toledo aspiraba separar las tres Antillas Mayores del Reino de España con el fin de fundar una Confederación de las Antillas que, una vez constituida, solicitaría su integración a la Confederación de Estados Unidos como un territorio más. La conjura fue promovida por intereses económicos de aquel país pero no gozó del respaldo de su gobierno y el conspirador cayó en manos de las autoridades hispanas.

El segundo es la conspiración de 1821 cuyo cerebro organizativo fue el General Antonio Valero de Bernabé (1760-1863). El militar nacido en Fajardo redactó un “Plan de Invasión a Puerto Rico” que proponía separar a Puerto Rico del Reino de España pero con la finalidad de convertirlo en el Estado de Borinquen de la Gran Colombia. Por último, se encuentra otra conjura esta vez del año 1822, preparada por el militar y mercenario alemán General Luis Guillermo Doucoudray Holstein (1772-1839). Aquella tuvo como centro de operaciones la isla holandesa de Curaçao y se sabe que poseía contactos en la ciudad de Filadelfia, Pennsylvania. El conspirador aspiraba a convertir a Puerto Rico en el estado de Boricua de Estados Unidos y planeaba invadir y administrar su proyecto desde la costa oeste del territorio probablemente Mayagüez o Aguadilla. El Separatismo Anexionista estuvo muy activo en la década de 1850 en particular en Cuba y hacia el 1868, cuando estalló el Grito de Lares y el de Yara y era, sin duda, era una de las fuerzas políticas más pujantes dentro de los sectores separatistas. En Puerto Rico, el médico José F. Basora y el empresario Juan Chavarri, ambos de Mayagüez y cercanos de Ramón E. Betances Alacán y Segundo Ruiz Belvis, fueron dos figuras centrales.

El Separatismo Independentista

Su meta política era separar a Puerto Rico del Reino de España para convertirlo en un país soberano y, desde la soberanía, promover la constitución de una Federación o Confederación de las Antillas con Cuba y Santo Domingo.  Como ya se ha señalado, los documentos registran su presencia desde  1795 cuando se investigó a supuestos separatistas en el contexto del temor producido en la oficialidad colonial por motivo de la Revolución Francesa. Aquel año se aprobó la Constitución del Año III de la Revolución tras la desaparición del  violento Club de los Jacobinos, como antesala del golpe militar del 18 Brumario de Napoleón Bonaparte. El movimiento separatista independentista alcanzó plena madurez política entre los años 1837 y 1865.

Los historiadores tradicionales vinculan el desarrollo del Separatismo Independentista al hecho de que se excluyera a Puerto Rico del amparo de la Constitución de 1836 y a la promesa de Leyes Espaciales para su gobierno promesa que, como se sabe, las autoridades hispanas nunca cumplieron. Sus organizadores favorecieron el establecimiento de alianzas con los Separatistas Anexionistas y con los Liberales Reformistas más exigentes, en especial aquellos que defendían la Autonomía colonial. Su manifestación política más conocida fue la Insurrección de Lares de 23 de septiembre de 1868 y todas las conjuras que le sucedieron por lo menos hasta los Comités de Pólvora animado por el Dr. Betances Alacán y que todavía seguían activos en 1874.

Andres_VizcarrondoNo se trataba de un movimiento homogéneo. Las tendencias dominantes parecen haber estado determinadas por la naturaleza del liderato y sus preferencias tácticas. Mis investigaciones me permiten de momento distinguir entre una facción eminentemente militarista y otra civilista. El Separatismo Independentista Militarista  era políticamente antimonárquico y de tendencias republicanas. Su liderato estaba constituido por militares profesionales que provenían del Estado Mayor del Ejército Español en Puerto Rico y su centro de acción se encontraba en la capital, San Juan. Su activismo puede documentarse en actos  conspirativas desde 1848 hasta 1865 y se sabe que negociaban el apoyo político y económico de los gobiernos de la República de Venezuela y de Gran Bretaña para su causa. Hacia el 1863 se organizaron en el poco conocido Gran Club de Borinquen cuyos encargados eran los militares Andrés y Juan Eugenio Vizcarrondo. La táctica que los define es la necesidad que muestran por articular un golpe militar eficaz con el más amplio apoyo popular con el fin de proclamar la independencia. La confianza en que la gente seguiría a su liderato era completa. Los gastos de la guerra de independencia se pagarían con un préstamo a los británicos, pagadero después de la independencia.

El Separatismo Independentista Civilista era también antimonárquico y republicano.  Fue una facción liderada por civiles e intelectuales activos en Puerto Rico y atrajo a los pequeños grupos de exiliados políticos que habían hallado refugio en el Caribe y Estados Unidos. Hacia el año 1857, sus dirigentes más notables eran los citados Betances Alacán y  Ruiz Belvis quienes negociaban el apoyo de Estados Unidos y de las Repúblicas de Perú y Chile para su causa política. Desde 1865, se aliaron con la Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Rico en Nueva York, organización encabezada por Cirilo Villaverde (1812-1894), cubano, y el citado Basora, ambos anexionistas. La mancomunidad de intereses entre los Separatistas Independentistas Civilistas y los Anexionistas es evidente. Su táctica consistía en  organizar una invasión a Cuba y Puerto Rico desde Estados Unidos y con apoyo de algunos países de Hispanoamérica, a la vez que se estimulaba un levantamiento o insurrección popular en ambas islas. Todo parece indicar que estaban dispuestos a contratar militares profesionales para coordinar la invasión y la guerra pero que el protagonismo del proceso recaería en los civiles, la gente o el pueblo común.

Ambas tendencias Separatistas Independentistas y Anexionistas apoyaban las ideas políticas y económicas liberales como el libre mercado, la libre competencia, y simpatizan con la construcción de un sistema democrático que se apoyara en la gente común o el pueblo siguiendo el modelo de la Revolución Francesa. Los grados en cuanto al énfasis que ponían en una cosa o la otra no están del todo claros. Lo cierto es que aquellos grupos representan lo mejor de la revolución burguesa que la isla no vivió durante el siglo 19.

 

Una respuesta to “Reflexiones en torno al separatismo en el siglo 19”

  1. […] Para ampliar esta discusión puede consultarse: Separatismo y nacionalismo: continuidad y discontinuidad, y Reflexiones en torno al separatismo. […]

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