Puerto Rico: su transformación en el tiempo

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Documento y comentario: Betances ante la invasión de 1898

Posted by Mario R. Cancel-Sepúlveda en 12 julio 2010


Carta Núm.1 De Ramón E. Betances a  Julio Henna

Arcachón (Gironde), 16 abril ’98

Querido Julio:

La noche del día en que usted me escribió (primero de abril) estaba yo moribundo. Me dio un ataque de opresión (uremia) al llegar de París, que se repitió el 5. Después me quedé con congestión pulmonar doble y todavía no he salido, en este país donde el tiempo es primaveral, sino un par de veces a tres o cuatrocientos pasos del Hotel. Espero reponerme un poco para volver a París.

Sección de Puerto Rico (1896)

Contesto su carta: Veo que está usted siempre muy excitado contra Estrada y usted me perdonará hacerle algunas reflexiones que no tienen más objeto que el bien de la revolución en Puerto Rico. No se exaspere tanto. Lo más que necesitamos es unión. Es bueno ponerse en su lugar y yo me pregunto si cualquier otro cubano, en su lugar, no hubiera hecho otro tanto, y si teniendo a su disposición de armas para Puerto Rico, donde la sublevación era problemática, no hubiera echado manos de esas armas urgentemente pedidas por sus compatriotas próximos a ser degollados. Además, no hay que juzgar a todo un pueblo por uno de los suyos. Estrada no es Cuba, y allí tenemos gran número de simpatizantes, desde Masó, Gómez, Calixto, Mayía, Miró, Lacret y otros Generales, entre los cuales figuró Antonio Maceo, hasta nuestros capitanes y tenientes borinqueños.

Cálmese y obremos de acuerdo. Así estaremos seguros de alcanzar más pronto nuestro objeto. Porque hay que desengañarse: la América es una gran nación pero no le es simpática a todo el mundo. Es claro que, si no se puede obtener otra cosa, valdría más llegar a formar un estado en la Unión que seguir siendo españoles; pero ninguno de nosotros tiene el derecho, como los jefes africanos, de coger el país y entregarlo a un poder extranjero. Esa decisión no le pertenece sino a todo el pueblo portorriqueño. Yo doy mi nombre para la revolución; no para la conquista de mi tierra.

Ya usted ve que en esas condiciones no le puedo dar importancia a la «Revolución» de los clubes de Santo Domingo.

***

Hablemos ahora de mí. Yo que nunca he temido a nada en este mundo, tiemblo al pensar lo que habrá de ser mi situación cuando vuelva a París. En otra ocasión le escribí a usted que apenas me quedaba clientela alguna como médico. La que una vez fue suficientemente numerosa, la he descuidado para dedicarle todas mis actividades a la causa de Cuba. Hoy soy como un apestado con quien no quieren cuenta aquellos que quieren seguir bien con España; y los hay que cuando me ven llegar, me huyen, temerosos de que voy a pedirles para la causa de Cuba.

Naturalmente que hay excepciones en este último terreno, pues son muchos los que mensualmente contribuyen espontáneamente con cantidades generosas; pero esto es lo que tiene que ver con el Agente de Cuba. El doctor Betances, como tal doctor, no tiene clientela y ha tenido, para vivir, que ir vendiendo todo aquello que tenía precio y podía venderse fácilmente. Sólo me queda un objeto de arte, y precisamente por serlo, nadie quiere comprarlo. Me refiero al célebre retrato que me hizo el pintor español Domingo, que figuró en la Exposición de París, y que fue tan admirado. Nadie compra un retrato del doctor Betances, aunque lo haya pintado el celebrado pintor Domingo. Veremos.

Betances

Carta Núm. 2: De Ramón E. Betances a Eugenio María de Hostos

París, 7 de junio de 1898

Querido Hostos:

Ya debe usted haber llegado a esta fecha al centro de operaciones. ¡Cuánto me alegro!

Por desgracia yo estoy también muy lejos y por mil razones no puedo hacer como usted. Conviene mucho que usted esté ahí y que, como yo, haga presión todo lo posible sobre Henna, para que se mueva hasta obtener para Puerto Rico las mismas concesiones, siquiera, que se le hacen a Cuba.

Ya usted sabrá las exigencias de los americanos.

1. ° Puerto Rico entregado a los Estados Unidos, definitivamente, como indemnización de guerra.

2. ° Cuba entregada temporalmente hasta que los cubanos hayan organizado un gobierno.

Y tenemos que los puertorriqueños, bajo la influencia española, pretenden resistir a la invasión americana. Los jíbaros no sueltan su escarapela sangre y oro del sombrero, y se arman con decisión. Esta situación puede traer a la isla inmensas desgracias.

New York Times (1898)

He perdido mi tiempo queriendo abrir los ojos a los políticos españoles, para que tratásemos directamente sobre la base de nuestra independencia lo que hubiera impedido la intervención yankee y habría sido aceptado por el pueblo. No ha sido posible hacerles comprender esta necesidad, que les habría conservado nuestras simpatías y ventajas comerciales, además de una indemnización.

Por otro lado me parece que Henna no se preocupa sino de arrancar la isla de manos de los españoles, aunque caiga luego en la de los americanos como territorio.

Le he escrito que deben dos o tres formarse en comisión, ponerse a la voz con el gobierno yankee y hablar claro; esto es, decir la verdad: Puerto Rico no quiere pertenecer a la Unión. Está resuelto a resistir. Esto puede producir desastres irreparables. América debe ser generosa. No puede pedir que nos sometamos a una conquista, cuando casi todo nuestro comercio y nuestras industrias hemos de tenerlo con ella. La independencia para nosotros es nuestra salvación y para los americanos una fuente más considerable de riquezas.

Un pueblo pequeño en un país muy poblado no puede hacer más que trabajar, para ser feliz, etc., etc.

Yo estoy preparando aquí el terreno para ver si se puede ejercer alguna influencia sobre los hombres de Madrid y sobre los de Washington.

Escríbanle a Henna en el mismo sentido. Yo lo he hecho ya y seguiré haciéndolo. Henna desgraciadamente es muy yankee, pero va equivocado, y le he escrito que sería un crimen de parte de nosotros, exponer el pueblo puertorriqueño a las desgracias que puede traer una resistencia ciega.

La independencia absoluta es lo que puede salvarnos. Yo creo que estaremos; para ella, en mejores condiciones todavía que los cubanos.

Yo le hubiera ya escrito a Máximo Gómez y a Calixto García, haciéndoles estas reflexiones; pero creo que mis cartas no llegarán a sus manos. Vea si de ahí usted puede hacerlo directamente.

Esta situación me llena de inquietud.

***

Entiéndanse también en ésa con Guzmán Rodríguez (de Añasco), que está en Macorís expulso. Le escribo que se vea con usted.

***

En este día se ha corrido la noticia que hay revolución en Santo Domingo.

Trabajemos en bien de nuestra pobre «islilla», que puede hacer la felicidad de su millón de habitantes, si tenemos la fortuna de ver nuestro sueño realizado.

Con un abrazo cordial.

Betances

Tomadas de Ramón Emeterio Betances, Las Antillas para los antillanos. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1975. págs. 239-241 y 258-261. Prólogo de Carlos M. Rama.

Comentario:

La carta a Henna fue escrita desde Arcachon, cerca de Burdeos, donde convalecía de insuficiencia renal. Su situación de salud de Betances ya no mejoró  Betances, además, había sufrido el rechazo de un sector de la migración cubana en París y no se encontraba en una buena situación económica. Por otro lado, la guerra se cernía sobre la inmigración y el exilio, hecho que reclamaba revisar las tácticas para poder enfrentar el proceso y sacar ventajas del mismo. El 15 de febrero había ocurrido el hundimiento del Maine. El 28 de marzo, una Comisión Investigativa americana determinó que la causa del incidente era una mina, conclusión que negó una Comisión española. El 25 de abril Estados Unidos declaró la guerra a España. Pocos días después del 25, Betances tuvo una reunión con el influyente Embajador de Estados Unidos en Francia, Gen. Horace Porter, como parte de las indagaciones del diplomático en torno a la frágil situación financiera de la monarquía española.

Gen. Horace Porter

La carta a Hostos, escrita desde París se redacta tras el bombardeo de San Juan el 12 de mayo y poco después de la movilización de la Marina estadounidense hacia las costas de Cuba. En ella Betances ha definido una táctica que espera acelere la consecución de la Independencia de Puerto Rico en el marco de la Guerra Hispanoamericana por Cuba y Filipinas. Los documentos reflejan, pues, la tensión de Betances ante los hechos que se aceleran sin control.

La propuesta de Betances es simple. Primero, hay que evitar los choques entre cubanos y puertorriqueños hasta donde sea posible y mantener la unidad. A Henna le recomienda que tolere las actitudes de Estrada Palma en nombre de los fines estratégicos del proyecto revolucionario. La expresión “América es una gran nación” demuestra que todavía se confiaba en que la invasión de Estados Unidos abriría una puerta para la independencia de las islas. Betances debía afirmar ese hecho en particular ante Henna quien defendía públicamente la anexión. Todavía anexionistas e independentistas podían trabajar por una causa común. La voluntad francamente modernizadora y progresista de Betances, le lleva a afirmar que “valdría más llegar a formar un estado en la Unión que seguir siendo españoles”. Eso no lo convertía en un anexionista como han alegado algunos comentaristas: le afirmaba como antiespañol y le ponía en posición de convencer a Henna de que debían y podían aunar esfuerzos “contra España” por encima de su divergencias estratégicas.

Segundo, insiste en aprovechar que el destino de Puerto Rico dependía del destino de Cuba. Betances recomienda que se evite resistir a los invasores porque ello “puede traer a la isla inmensas desgracias”; y que se cree una Comisión que informe a los americanos que “Puerto Rico no quiere pertenecer a la Unión” para, de ese modo, impedir pacíficamente la anexión. Entonces se estará en posición de negociar un acuerdo y convencer a Estados Unidos de que un Puerto Rico soberano sería “una fuente más considerable de riquezas” que uno anexado. La nota a Hostos demuestra que, en ese momento, confía más en la capacidad del mayagüezano para enfrentar el conflicto que en la de Henna. El camino de la Independencia lo abrirá la diplomacia inteligente. No contaba Betances con que Hostos no favorecía esa táctica sino el plebiscito racional, como articuló luego en la Liga de Patriotas.

  • Mario R. Cancel Sepúlveda
  • Historiador y escritor

2 respuestas to “Documento y comentario: Betances ante la invasión de 1898”

  1. Reynaldo Alvarado said

    Buenas tardes. Yo vivo en Ft Lauderdale, Florida y tengo una pregunta. Es mi primera vez en el site y me gustaría su opinión. (tenga en mente que Puerto Rico siempre esta en mi corazón y mato y muero por Borinquén bella). Conozco a una persona que es de PR pero vive en Miami. Es una persona de dinero, básica mente viviendo el American Dream. Ella dice que no celebra el 4 de julio por que no debe celebrar la independencia de una nación que nos a robado tanto. Yo opino que esto, viniendo de una persona así, que saco a su hijo de PR para estudiar aquí, que tiene un esposo que es abogado y se describe como «abogado del 1%, manteniendo los ricos ricos», es una poca vergüenza y pura hipocresía. Yo trabajo en el aeropuerto y veo a todos los Latino Americanos que pasan tanto tábano entrando y saliendo de ate país. Todos bien vestidos juntos organizados y hacinado un ejemplo de familia y orgullos de poder venir a este gran país. Y les e preguntado, que piensan de este lugar? Y ellos sonríen y dicen que es lo mejor que les ha pasado y es la mas oportunidad que han tenido en sus vidas.Después miro hacia el lado y ya vienen los de mi isla todos mal vestidos, de caserío, viviendo de la teta estatal (wellfare) gritando, haciendo quejas y alborotos. Y lo que veo es pura desgracia. La gente en PR se quejan tanto de los EEUU y no saben lo bueno que lo tienen. Nos aprovechamos sin darnos cuenta de la gente en latino América que mate y muere todo los días para poder tener los derechos que nosotros tenemos por ser ciudadanos. Hay niñas de 18 anos para arriba que s mudan para acá y se casan con gringo viejos y malos puercos que las tratan como esclavas, y lo hacen para poder tener ciudadanía y poder traer a su familia para acá. Que Pertoriqueño/a a tenido que hacer eso. Para m que los EEUU han dado bastante de su parte al pueblo de PR. Si no hubiera sido por EEUU los mismos nazis pudieron haber invadido la isla y conquistados bajo imperio Alemán. Tenemos el mejor army del mundo backeandonos y la economía mas importante también. Nadie en el mundo podrá joder con nuestra isla por eso mismo. Y ahora alguien me va a decir quieren ser independiente de todo eso. Mientras viven aquí mamando de esa misma teta? Coño bro dame un break. Por favor no coja nade de insulto. Nada las quiero escuchar su opinión en lo dicho. Y perdona por escribir mal estoy en el iPhone y si llevo aquí desde los 11 años y se me hace un poco difícil escribir en español. Bueno que tenga buen día y espero su respuesta.

    • Reynaldo, no me ofende su comentario. Agradezco su sinceridad. No puedo opinar sobre su conocido no sobre lo que usted opina. Respeto ambos extremos como si fueran mis mismas ideas porque espero que respeten las mías que, casi nunca, expreso públicamente. Además me consta que hay personas con ideas extrañas e imprecisas en todas partes y en todas las ideologías. La cultura y la cultura política no siempre están presentes en las opiniones políticas.
      Esta página está diseñada para estudiantes universitarios de la isla y de otras partes del mundo y para todo aquel que tenga interés en aprender un poco sobre la historia de Puerto Rico. De ese modo la historia se convierte en materia de discusión de todos, una aspiración que muchos historiadores todavía tenemos. No es un espacio para discutir interpretaciones políticas particulares que muy poco o nada abonan aun debate serio sobre estos asuntos. La diversidad ideológica es lo mejor que tenemos en este país y en Estados Unidos. Es algo a lo que no debemos renunciar nunca. Lea lo que gusta en esta bitácora y comparta sus opiniones. Siempre serán bienvenidas.Tiene un amigo en Puerto Rico.

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